Celebrar la vida

Celebrar, celebrar, celebrar... ¿a quién no le gusta celebrar? Celebrar mola.

Basta con poner la tele para encontrar motivos y medios para celebrar la vida. Como decía Sabina, 'nos sobran los motivos' para celebrar: un acontecimiento deportivo, el buen tiempo, el reencuentro con amigos, la rutina de los fines de semana... Y en cuanto a medios para celebrar, tampoco andamos escasos: bebidas de todo tipo, experiencias vacacionales, resorts paradisíacos, placeres con mil sabores...



Celebrar la vida con placer es desde luego necesario, estimulante y enriquecedor. Pero, celebrar la vida no es únicamente esto. Reducir la celebración de la vida a momentos de placer, es renunciar a parte de la esencia de lo que es la vida. O es quedarse con una parte (bonita, eso sí) de lo que significa la vida para cada uno.

La Pascua es un buen momento -quizás el más profundo- para poder comprender y sentir más esta celebración de la vida. Y todo pasa por asumir el dolor, la miseria, los errores, el fracaso, la pequeñez, y hasta la muerte, como parte esencial y fundamental de la vida.

Celebrar la vida es una apuesta por la vida, que vence siempre a la muerte, porque la muerte sólo es física. Celebrar la vida es una apuesta por el amor, no como sentimiento intenso, sino como estilo de vida permanente.

¿Qué te gustaría celebrar? ¿Qué motivos tienes para celebrar?

Te propongo que seas creativo y des un poco de rienda a tu imaginación: ¿cómo te gustaría celebrar la vida? ¿de qué forma se te ocurre? ¿con quién la celebrarías?

Quizás estés ya celebrando la vida... ¿tú que crees?