jueves, 27 de junio de 2013

¿Solo ante el peligro?

Cuando era pequeño, jugaba con mis amigos a pillar. Se trataba de ir corriendo, intentando no ser alcanzado por el que "se la quedaba". Antes de empezar a jugar se pactaba que lugares eran "casa"; es decir, lugares o personas que cuando los tocabas estabas inmune a que te alcanzara el que "se la quedaba". Cuando tocabas esa pared o a esa persona, que solían ser los padres, se decía en voz alta: ¡casa!.

Ese gritar ¡casa!, es todo un alivio. Nadie te podía pillar, porque estabas en casa, estabas en un refugio, ajeno al peligro. Allí podías descansar después de haber corrido para librarte de quien se la quedaba.

¿Qué te acecha? ¿Qué peligros tienes en tu vida? 
¿Vienen de fuera o brotan de tí?

Pues esa sensación de alivio es la que te ofrece Dios, frente a los desafíos de la vida, frente a lo que te persigue, frente a tus limitaciones, frente a tu cansancio... Descánsalo en Él, apóyate, resguárdate en Él.

Recuerda si te has sentido alguna vez apoyado en alguien.
Recuerda a las personas que te han hecho descansar.
¿Qué sentimientos te surgen al recordar estas situaciones o personas?

Aquí tienes el Salmo 62 cantado por Blest por si te ayuda a orar.



SOL                 RE        MIm
Mi salvación viene de mi Dios
    DO    MIm   DO         RE
El es mi roca No resbalaré
    SOL                RE   MIm
Mi alma esta guardada en ti
    DO              RE        SOL
Mi salvación viene de mi Dios

MIm           DO   MIm
Mi alma en ti reposa
           DO       MIm      RE
Porque tuya es mi esperanza
DO          MIm          SI              MIm
Eres mi refugio, mi salvación y gloria
       DO   MIm             RE
Mi roca eterna eres Señor

LA                   MI          FA#m
Mi salvación viene de mi Dios
     RE    FA#m RE           MI
El es mi roca No resbalaré
     LA                 MI       FA#m
Mi alma esta guardada en ti
     RE               MI          LA
Mi salvación viene de mi Dios

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